El Municipio de Quilmes, a través de un trabajo en conjunto con la subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, llevó adelante durante este martes la colocación de una placa en el Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos “Ex Pozo de Quilmes”, ubicado en la calle Garibaldi y Allison Bell, en memoria de aquellas mujeres detenidas que sufrieron violencias por razones de género en ese lugar durante la última dictadura cívico militar.
La actividad se desarrolló en el marco del Mes de las Mujeres y los Derechos Humanos, en alusión al Día Internacional de la Mujer Trabajadora conmemorado el pasado 8 de marzo, y al Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia del 24 de marzo.
En representación de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, estuvo presente la secretaria de Mujeres y Diversidades, Sofía Tomé; el secretario de Derechos Humanos, Hugo Colaone; el subsecretario de Derechos Humanos, Matías Moreno; la directora provincial de Planificación y Gestión Comunicacional del Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, Lucía García; las concejalas Eva Mieri y Eva Stolzing, entre otras autoridades.
Durante el acto, Tomé expresó: “Quiero celebrar esta articulación y este trabajo en conjunto con la Provincia, pensando los derechos humanos con conciencia de género y pensando el género con perspectiva de derechos humanos. Esta marca territorial que dejamos acá, nos lleva a reflexionar sobre el hecho de que a las atrocidades que han sucedido en sitios como el Pozo de Quilmes y otros espacios de detención clandestina, se le sumó un especial ensañamiento hacia las mujeres”.
Por su parte, Matías Moreno, expresó: “Esta idea de mujeres y memoria surge de acá, de este distrito. Buscando un puente que pueda vincular el 8 de marzo con el 24 de marzo, nos llegó el planteo de Quilmes y la verdad que nos pareció sumamente reparador en término que nunca se había hecho una actividad de estas características”.
Mientras que Lucía García expuso: “Poner esto en común, resaltar esta perspectiva de destacar a las compañeras mujeres, porque también hay algo en el modo en que se construye la historia, en que el desaparecido aparece como una imagen masculina, y son muchas las compañeras mujeres. A mí lo que siempre me conmueve mucho es pensar en el dolor de esas mujeres, sobre todo quienes fueron separadas de sus hijos e hijas, o incluso las que dieron a luz en el cautiverio y les arrancaron a esos bebés, esa sí que debió haber sido una tortura insoportable”.
Por último Mabel García, sobreviviente del Pozo de Quilmes, relató: ““Es una revolución de emociones encontrarme en este lugar, en este acto, reivindicando a todas nuestras compañeras y pensar 45 años atrás, todo lo que pasamos y padecimos. El ultraje a nuestros cuerpos, haciéndonos oler la muerte, escuchar los gritos. Este que era la cuna del horror y de pronto encontrarnos acá reunidos nosotros es tan reconfortante y sanador”.