La Justicia de Quilmes procesó con prisión preventiva a la mujer que, de manera anónima, extorsionó a una de sus mejores amigas con revelar un secreto que le había contado y amenazó con abusar de sus hijas si no depositaba en varias entregas una suma superior a los 200 mil pesos, y quien previo al hecho era considerada por sus allegados como una persona «solidaria y atenta a su entorno».
Se trata de Andrea Noemí Fernández (39), a quien el Juzgado de Garantías 1 quilmeño procesó a pedido de la fiscal Ximena Santoro, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 de ese Departamento Judicial.
En su requerimiento de prisión preventiva -al que tuvo acceso Télam-, la fiscal expuso que entre agosto de 2021 y marzo de 2022, la acusada «intimidó mediante reiterados y múltiples mensajes de texto en los que anunciaba un mal grave» a la víctima -cuya identidad se reserva- y a sus dos hijas, al tiempo que la amenazaba con «divulgar un secreto de infidelidad» y manifestaba «intenciones de agresión sexual hacia las menores, ello con el propósito de obligar a entregarle sumas de dinero en efectivo logrando sus propósitos extorsivos».
La víctima era una de las mejores amigas de la acusada, con quien incluso la hermanaba un tatuaje que ambas, junto a una tercera, se habían realizado en alusión a su amistad.
Según la investigación, a raíz de las extorsiones anónimas, la víctima realizó distintos pagos por sumas de 40, 70 y 50 mil pesos, que dejó en distintas estaciones de servicios de las localidades de Plátanos, en el partido de Berazategui, y Quilmes centro.
El 4 de marzo último, cuando fue a buscar el último de ellos, de 10 mil pesos, la acusada Fernández fue detenida por efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) quilmeña.
En total, entre agosto del 2021 y febrero de 2022, la víctima realizó cuatro pagos por un casi 200 mil pesos en total.
La sorpresa de la víctima y del entorno fue enterarse de que quien llevaba adelante las extorsiones era justamente la mujer a la que hasta entonces consideraba como una hermana.
«Era atenta con todos y muy buena amiga. No se olvidaba de nada, de ninguna fecha importante y no te dejaba tirada nunca. Era, además, muy solidaria. Parece mentira cómo la describo», dijo a Télam una allegada a Fernández.
De la pesquisa surgió que la acusada de extorsión entabló amistad con dos mujeres -una de ellas la víctima- en 2015, cuando las conoció porque las hijas de todas compartían el mismo jardín de infantes y algunas actividades fuera del establecimiento, como natación y básquet.
«Les regaló un tatuaje porque decía que eran como sus hermanas. Las tres tienen el mismo dibujo en el pie de una estrella, un sol y una luna. Decía que era como un universo y que sus dos amigas eran su universo», recordó la allegada, de quien se reserva su identidad.
Según consta en la causa, la propia Fernández acompañó en una oportunidad a la víctima a entregar dinero producto de la extorsión que ella misma realizaba y a sabiendas de que su amiga había conseguido el dinero mediante un crédito bancario solicitado por su madre luego de que le contara las amenazas que recibía en su teléfono celular a través de distintos número telefónicos y por redes sociales.
«Andrea Fernández, quien a su vez en su rol de ´amiga contenedora´, le aconsejaba que tramite la obtención de préstamos con el objeto de cumplir las pretensiones de la extorsionadora, es decir, las pretensiones exigidas por ella misma», redactó la fiscal Santoro al formular la acusación.
En el auto de prisión preventiva se transcribió el contenido de algunas de las extorsiones recibidas por la víctima: «Hola rubia, no sabés las cosas que tengo, te encamaste con uno y necesitamos plata, nosotros laburamos de esto y el jefe dice que sos millo».
Con el tiempo el tono de cada mensaje se fue incrementando y hasta llegaron a amenazarla con que junte más dinero o caso contrario abusarían de sus hijas, ambas menores de edad.
Además, la víctima denunció que del interior de su domicilio desaparecieron los teléfonos celulares de sus dos hijas y la suma de 50.000 pesos.
«Luego se estableció que los elementos fueron sustraídos por la imputada, ya que poseía las llaves de la vivienda porque, al ser de su confianza, la víctima se las había dado para que le cuidara la casa durante las vacaciones y pudiera utilizar la pileta con su familia», explicó una fuente judicial
También hubo mensajes destinados a la hijas de la víctima: «Hola, tu mamá entregó los celulares tuyo y de tu hermana para pagarme» y «hola, sos (…), soy el novio de tu mamá.»
La mujer finalmente denunció el hecho y el 4 de marzo último la policía montó un operativo para atrapar infraganti al autor de las extorsiones, para lo cual la víctima llevó dinero en billetes que previamente habían sido identificados con sus números de serie en sede judicial.
Al momento de ir a retirar el dinero a un baño de una estación de servicios, Fernández lo hizo junto con su hija, también menor de edad, a quien había ido a buscar al colegio.
Desde entonces, la acusada se encuentra detenida en la Alcaldía de La Plata imputada del delito de extorsión, que prevé una pena de prisión entre 5 y 10 años.
Por Emmanuel Dalbessio para Télam