Dos sobrevivientes y la familiar de un hombre desaparecido durante la última dictadura militar relataron ante un tribunal federal de La Plata que juzga a 16 represores sobre las secuelas en sus cuerpos y entornos familiares, y reclamaron cárcel común para los represores.
Se trata de los sobrevivientes Guillermo Cometti y Olga Beatriz Miranda, y Estela González, quienes declararon ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que desde octubre de 2020 juzga a 16 represores, entre ellos el exmédico policial Jorge Bergés, por los delitos cometidos contra casi 500 víctimas en los tres excentros clandestinos de detención conocidos como Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno, en Lanús.
«Fui secuestrado el 24 de marzo de 1976, estuve 45 días desaparecido», comenzó su relato Cometti, quien era militante del Sindicato de la Carne y secretario general de la Comisión de la Juventud Sindical en Zárate.
El hombre detalló pormenorizadamente los distintos centros donde estuvo detenido ilegalmente, entre ellos el Pozo de Quilmes, y precisó los diversos interrogatorios a los que fue sometido.
«Me picaneaban en boca, y en los testículos. Me preguntaban de todo, me acusaban de todo, me decían si había participado del secuestro de (el director de la empresa Fiat en Argentina Oberdan) Sallustro», explicó.
Cometti brindó el nombre de los compañeros de cautiverio y mostró las secuelas en sus manos producto de las torturas sufridas.
«Yo sé qué no estoy bien, que necesitaría asistencia psicológica, pero no sé cómo empezar», dijo con pesadumbre, tras contar las dificultades para recuperar su trabajo en el frigorífico tras ser liberado el 12 de agosto de 1978.
Cometti contó que con el regreso de la democracia y el inicio de los juicios «no quería participar de los reconocimientos a centros clandestinos, quería olvidar, pero mis compañeros sí lo hicieron y de a poco yo también participé».
«Quiero que todo esto se aclare de una vez por todas, quiero justicia», dijo el hombre con firmeza.
Olga Beatriz Miranda fue secuestrada en la madrugada del 30 de marzo de 1978, cuando se hallaba en casa de sus padres, donde vivía junto a su esposo Juan José Cerrudo y el hijo de ambos recién nacido.
La mujer contó que uno de los hombres de civil que irrumpió en su casa le dijo «dele el bebé a su mamá y usted vístase» y luego, dirigiéndose a la madre de Miranda, le ordenó que «compre leche maternizada, si su hija no tiene nada que ver va a regresar pronto».
Así, señaló que la patota civil se llevó de la casa a Cerrudo y a Miranda, a quien durante el viaje en automóvil uno de esos hombres le pasaba el caño de un arma por el cuello.
Miranda dijo que entre los hombres que irrumpieron en su casa identificó al exrepresor, Julio «el Turco Julián» Simón.
«Me llamó la atención porque estaba en el umbral de entrada, era muy alto, y tenía una gabán largo. Nunca olvidé su cara», afirmó.
La pareja fue trasladada al «Pozo de Quilmes», donde la interrogan y le advirtieron que iría a «la parrilla».
«Me preguntaban sobre gente que desconocía y sobre las actividades de Juan José», precisó la mujer que estuvo varios días cautiva allí y pudo ser liberada, aunque su esposo continúa desaparecido.
Recordó que la última vez que vio a su esposo, éste le dijo «Flaqui, con lo que cobres por nacimiento comprale la sillita de paseo al nene».
«Yo pensaba que a él también lo iban a liberar, no pensé que esa era una despedida», manifestó quebrándose al recordar a su esposo, que era obrero metalúrgico.
También declaró en esta jornada, Estela Orfilia González, quien relató el secuestro de sus cuñado Jorge Benvenuto, y de Rosa Vallejos, ambos militantes de la Juventud Peronista, el 23 de julio de 1976, en la localidad de Punta Lara, partido de Ensenada.
A la mujer la llevaron a la comisaría de Valentín Alsina, y desde ahí a la cárcel de Caseros y de Olmos, donde finalmente la liberaron, pero nueve meses después murió a raíz de un accidente de tránsito. El hombre nunca apareció.
«Yo pido justicia. Son 30 mil desaparecidos, 30 mil hijos sin padres; madres sin hijos. Yo pido que si tienen que ir a la cárcel vayan a cárcel común», expresó y manifestó sollozando que «Jorge no pudo ver a crecer a su hija. Mi suegra murió hace 4 años, pero estuvo más de 40 años que si escuchaba que frenaba un auto en la puerta se paraba a ver por la ventana porque ella me dijo que lo seguía esperando a su hijo: ‘sigo esperando que ponga la llave en la puerta’. Eso es durísimo. Se murió esperando a su hijo».
Durante esta audiencia también declaró una persona que pidió no se transmita su testimonio por el canal de Youtube del Tribunal, lo que le fue aceptado, pero de quien no se informó su identidad.
El TOF 1, presidido por Ricardo Basilico, juzga por los delitos cometidos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y El Infierno al exministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura, Jaime Smart; el exmédico policial Jorge Antonio Bergés y a los imputados Federico Minicucci; Carlos María Romero Pavón, Roberto Balmaceda y Jorge Di Pasquale.
También empezó a juzgar a Guillermo Domínguez Matheu; Ricardo Fernández; Carlos Fontana; Emilio Herrero Anzorena; Carlos Hidalgo Garzón; Antonio Simón; Enrique Barré; Eduardo Samuel de Lío y Alberto Condiotti.