El dueño de un boliche de Quilmes fue condenado a la pena de 25 años de prisión por haber asesinado en la vereda de su local nocturno y de un balazo en el pecho a Diego Páez, durante la madrugada del 8 de marzo de 2014, informaron fuentes judiciales.
El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Quilmes, que condenó a Gustavo Adrián Vallejos (52) por el delito de «homicidio agravado por el uso de arma de fuego», cuya víctima fue Páez, que al momento del hecho tenía 33 años.
Vallejos ya había sido condenado a prisión perpetua en 2018 por el TOC 4 de Quilmes por este mismo hecho, que en aquel momento fue calificado como un «homicidio calificado por alevosía», pero la Suprema Corte bonaerense decidió anular ese fallo porque consideró que el delito que se le debía imputar era más leve y ordenó que otro tribunal realice un nuevo pronunciamiento.
Durante los alegatos realizados durante este mes, el fiscal Andrés Nieva Woodgate había pedido 25 años de prisión para Vallejos, mientras que la abogada María Camila Gerini, representante de la familia de la víctima e integrante del Área de Violencia Institucional de la Secretaría de Derechos Humanos del municipio de Quilmes, 42.
Luego del fallo, Gerini dijo que «lo condenaron a 25 años valorando que la modalidad en qué se cometió el hecho constituye desprecio por la vida ajena».
«El monto de pena que la sentencia impone respecto a la nueva calificación legal resulta justo para la familia, por lo que están conformes con el resultado», agregó la letrada.
El crimen de Páez ocurrió entre las 6 y las 7 de la mañana del 8 de marzo de 2014, en la vereda del local nocturno L’Zero, ubicado en la avenida Pasco al 5200, de Quilmes, adonde el joven había ido a bailar junto a unos amigos.
Efectivos de la comisaría 5ta. de La Cañada fueron alertados sobre la presencia de una persona baleada en la puerta del boliche, por lo que se trasladaron hacia el lugar.
Al arribar, los policías observaron que un grupo de jóvenes provocaba disturbios y constataron que en la vereda yacía muerto un hombre, luego identificado por sus amigos como Páez.
En ese momento, los manifestantes más exaltados señalaban al personal de seguridad del local bailable como los autores del crimen, por lo que se produjeron algunos incidentes.
Luego, a partir de los datos aportados por testigos presenciales del hecho, los pesquisas policiales apresaron a Vallejos y a los 15 patovicas del local.
«Al comienzo de la investigación se trató de probar la participación de los patovicas que fueron parte de la brutal golpiza previa a que se lo ejecute. Llegó solamente uno a juicio y quedó absuelto», afirmó Gerini y añadió: «En la puerta del boliche había otras peleas y fue complicado que pudieran identificar a ese grupo agresor».
La letrada relató que, según sus amigos que fueron testigos del crimen, la víctima discutió con uno de los custodios en el ingreso al local bailable a los empujones y terminó siendo atacado.
Según los testigos, Páez recibió una golpiza por parte del personal de seguridad y luego fue baleado por el imputado en la vereda a la altura del tórax con una pistola calibre 9 milímetros.
«Primero se escuchan unos tiros desde una terraza y los chicos atinan a tirar piedras para que dejen de pegarle pero no lo logran. En un momento sale Vallejos y le da un tiro a menos de un metro de distancia cuando estaba sin posibilidad de defensa alguna», añadió la abogada.