Finalizó el programa provincial, llevado adelante en articulación con la Comuna varelense, que en cuatro predios del distrito a lo largo de todo el mes de enero, brindó talleres y propuestas educativas a niños y jóvenes de 6 a 17 años.
Al respecto, el intendente –Andrés Watson- reflexionó: “Fue un desafío importante, una decisión clave”. “Teníamos como objetivo desarrollar estos espacios para que nuestros chicos y chicas pudieran disfrutar en estas vacaciones pero sin descuidar las medidas de resguardo que la emergencia sanitaria impone”, remarcó.
“Deseábamos llevarles alegría y divertimento, además de actividades ligadas a lo pedagógico”, señaló el mandatario comunal luego de hacer referencia al objetivo inicial de Verano ATR: llegar a aquellos estudiantes con trayectorias discontinuas, que tuvieron problemas de vinculación con las escuelas durante el ciclo lectivo 2020.
Por su parte, la Jefa Distrital de Educación -Verónica Rodríguez- coincidió en que “fue un gran reto” pero “pudimos llevarlo adelante por el gran equipo de trabajo que logramos armar”. “Los niños y niñas necesitaban de estos espacios, y los pudimos conseguir gracias al apoyo constante del Municipio”, agregó.
Rodríguez agradeció “el permanente acompañamiento del intendente Andrés Watson”, además de los insumos y materiales recibidos para los cuatro predios y los 840 estudiantes que conformaron la matrícula. “Hoy cerramos el programa, con un amplio éxito”, concluyó.
Verano ATR fue una iniciativa del gobierno de la provincia de Buenos Aires que articuló con la Comuna a través de sus Pypem (programas y proyectos educativos municipales), y que buscó por un lado revincular a los niños y niñas que tuvieron trayectorias educativas interrumpidas, y por otro, crear lugares de encuentro donde a través de actividades recreativas y lúdicas, los pequeños y jóvenes pudieran aprender jugando.
Protocolos
A lo largo de todo el mes, en cada uno de los cuatro predios –Parque Recreativo Deportivo y Cultural Thevenet, San Isidro Labrador, Sociedad de Fomento Villa Hudson y Asociación Japonesa-, los alumnos y alumnas debieron respetar protocolos estrictos de cuidado a fin de evitar la los contagios de Covid-19.
Al ingresar, una enfermera les tomaba la temperatura para luego volcarla en una planilla de registro, que se iba completando a lo largo de toda la semana. Además, era obligatorio el uso del barbijo, de alcohol en gel y el trabajo en grupos reducidos a fin de mantener la distancia prudencial. Las actividades se desarrollaron siempre al aire libre y todos los elementos de trabajo sanitizados con frecuencia.