Las distribuidoras Edenor y Edesur pidieron hoy un incremento tarifario que permita hacer frente a los costos operativos en el curso de 2023, aunque no dieron precisiones sobre los porcentajes de aumento en las facturas.
Los representantes de Edenor, Federico Méndez, y de Edesur, Jorge Lemos, expusieron sus propuestas en la audiencia pública virtual convocada por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) para analizar una «adecuación transitoria de tarifas de distribución de energía eléctrica».
Lemos, al cierre de su presentación, dijo a quienes se preguntan «por qué seguimos si el negocio no funciona» les responde «muy simple, somos muy responsables y tenemos mucha vocación de servicio».
Méndez señaló que si se aplican los ajustes tarifarios solicitadas «el 80% de los usuarios residenciales» del área de cobertura de la compañía pasará a pagar una factura promedio de $ 2.757 mensuales, nivel necesario para hacer frente a un déficit operativo que, de no mediar incrementos, llegaría en todo el año a $ 205.760 millones.
Ambos representantes destacaron que las tarifas resultantes de los aumentos requeridos seguirían estando «muy por debajo» de los servicios de televisión por cable, internet o telefonía celular.
También remarcaron que la etapa de distribución «no recibe subsidios» de parte del Estado nacional y se quejaron de lo que consideraron un trato discriminatorio en relación con la etapa de generación, los dos componentes de la tarifa final junto a la etapa de transporte y la carga tributaria nacional, provincial y municipal.
Méndez indicó que en la actualidad la tarifa de Edenor se compone de un 56% de Generación, 20% de Distribución, 1% de Transporte y 23% de Impuestos, pero que hace cinco años la distribución contaba con una participación del 33% y la generación del 42%.
Esa diferencia, aseguró, obedeció a que «todo el incremento de la factura derivada de la segmentación tuvo como destino a la etapa de generación y a las petroleras», de manera tal que en la actualidad «de cada mil pesos que se pagan de una factura, a Edenor sólo le quedan 200 y es el único ingreso que recibe para sueldos material e inversiones».
Para resaltar la brecha entre distribución y generación, indicó que en 2022 Edenor aumentó un 8% su tarifa (dentro del total de incremento) y las generadoras hasta un 285%, «sin que exista un motivo que justifique esa diferencia».
Del mismo modo, planteó que «Edenor no distribuyó dividendos en los últimos 21 años», pero que en ese período las generadoras lo hicieron por «más de 960 millones de dólares».
Por su parte, Lemos hizo referencia a un documento de la Secretaría de Energía en el que se reconoce que la resolución de la cuestión tarifaria es «imperante» y señaló que del total de la tarifa final del servicio, a la compañía le corresponde el 17%, en tanto el 58% se va en la atención del costo de energía y el 25% en impuestos.
Asimismo, dijo que la tarifa cobrada por Edesur es un 53% más baja que el promedio del resto de las compañías de América Latina y que es inferior a las del resto del país.
«Nos vemos en un régimen de obligaciones sin su correspondiente retribución», planteó, para agregar que «en los últimos tres años se viene postergando la realización de la Revisión Tarifaria Integral (RTI)», suspendida en 2019 por la ley de Emergencia.