lunes, noviembre 25, 2024

QUILMES

LOS CONDENARON A 21 AÑOS DE CÁRCEL POR MATAR A UN BARRA DE QUILMES Y A SU HIJA DE 3 AÑOS

Dos hombres fueron condenados a 21 años de prisión por el doble crimen de un exbarra de Quilmes y su hija de 3, asesinados a balazos por dos sicarios en moto cuando en febrero de 2016 tomaban mate con su familia en la puerta de su casa de Bernal Oeste, informaron fuentes judiciales.

La pena del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 quilmeño recayó sobre Tomás Enzo «Tomy» Amarilla (26) y Mauricio Blas Javier «Mauri» Rodríguez (30), este último hermano del exjefe de la hinchada de Independiente, César Hugo «Loquillo» Rodríguez (46), que fue absuelto en el juicio oral realizado por los homicidios de Fabián «El Animal» Guzmán (40) y de su hija Mía.

Fuentes judiciales informaron que en su alegato, el fiscal de juicio Claudio Pelayo desistió de acusar a «Loquillo», quien por esta causa llegó en libertad, aunque está detenido por otra, al considerar que no estuvo en el lugar al momento del hecho.

En tanto, para su hermano «Mauri» -que integraba una facción de la barra de Quilmes- solicitó 23 años de prisión y para «Tomy» 25, quienes también fueron juzgados por un «robo agravado en concurso real con lesiones graves y privación ilegítima de la libertad».

Finalmente, los jueces Alberto Elio Ojeda, Andrea Vanina Calaza y Edgardo Salatino avalaron lo solicitado por la fiscalía, pero los condenó a 21 años.

El hecho ventilado en el debate ocurrió el 28 de febrero de 2016 cuando Guzmán y su hija se encontraban en la puerta de su casa, ubicada en 193 bis entre Agustín Pedemonte y Rodolfo Ragucci, en el barrio La Cañada, de Bernal Oeste, partido de Quilmes.

Guzmán y su familia tomaban mate cuando dos personas a bordo de una moto Honda Tornado pasaron por el lugar, uno de ellos extrajo una pistola y disparó varios tiros en su dirección.

Los agresores aceleraron y escaparon del lugar, mientras que los allegados constataron que padre e hija habían resultado gravemente heridos, los cargaron en un auto y los trasladaron al hospital de San Francisco Solano.

Según relataron en su momento a la prensa médicos del centro asistencial, ambos llegaron «ya muertos»: Guzmán había recibido tres disparos, dos de ellos en el tórax, y la niña había sufrido dos balazos, uno de ellos en el abdomen con orificio de salida por la zona lumbar.

En tanto, en el lugar del hecho trabajaron efectivos dependientes de la comisaría 5ta. de Quilmes, quienes montaron un operativo rastrillaje para ubicar a los asesinos.

Personal policial levantó los casquillos expulsados por el arma homicida y solicitó las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en los alrededores en busca de pistas útiles sobre los agresores.

Los pesquisas también entrevistaron a los allegados de las víctimas y otros transeúntes que se encontraban en la cuadra al momento del ataque.

De acuerdo con el relato de las fuentes, los pesquisas apuntaron a un móvil de venganza o ajuste de cuentas posiblemente vinculado con el pasado de Guzmán como miembro de la barrabrava de Quilmes.

Según esta línea de trabajo, la víctima preparaba su regreso a la hinchada y los líderes de una facción interna opuesta lo mandaron a balear para evitarlo.

Los investigadores también averiguaron que Guzmán, quien también trabajaba como empleado del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y cumplía funciones como delegado gremial, era conocido en el barrio por oponerse a la venta de drogas en la zona y que por ello estaba enfrentado a los narcos que dominaban el comercio de estupefacientes en la cercana Villa Itatí.

Tiempo después, «Loquillo» Rodríguez fue detenido, pero a los tres mese quedó libre por falta de pruebas, mientras que los otros dos acusados fueron los señalados como los coautores del ataque.