jueves, marzo 28, 2024

OPINIÓN

VOTO FEMENINO: RESULTADO DE LA ORGANIZACIÓN Y LUCHA COLECTIVA

Por Silvia Fernández, integrante del Instituto de Estudios de Género y Mujeres de la Universidad Nacional de Cuyo, periodista y coordinadora del Área de Géneros de LRA6 Radio Nacional Mendoza y activista feminista en Ni Una Menos Mendoza.

El 11 de noviembre se cumplen 70 años del día en que las mujeres votamos por primera vez en la Argentina, convirtiéndonos así en uno de los primeros países de América Latina en consagrar este derecho político básico, el de votar y ser elegidas.

Fue fundamental para lograrlo la figura de Eva Perón, quien además de promover la Ley 13.010 del Voto Femenino (promulgada el 23 de septiembre de 1947), creo la Rama Femenina del Partido Justicialista. Tras lograr este derecho en el peronismo sucede otro hecho trascendental y tiene que ver con la creación del Partido Peronista Femenino. El mismo nace oficialmente el 26 de julio de 1946 en la Asamblea Nacional del Partido Justicialista, allí Eva Duarte es nombrada y aclamada para presidir la conducción del partido.

A partir de la sanción de la ley de sufragio femenino fue necesario realizar un censo nacional que permitiera saber cuántas mujeres había en condiciones de votar y construir un padrón electoral que las habilitara a realizar el sufragio. La primera tarea del PPF fue la realización de ese censo de alcance nacional con la finalidad de saber «Cuántas somos y en dónde estamos».

Si bien el voto femenino se logró durante el peronismo, esta conquista tiene antecedentes en nuestro país hacia fines del siglo XIX. Las protagonistas de las luchas llevadas adelante por el sufragio fueron las feministas socialistas y las librepensadoras.

Otro antecedente importante para lograr el voto tuvo lugar en el Primer Congreso Femenino en Buenos Aires con la presencia de mujeres de diversos países, principalmente de la región. Allí la Liga Nacional de las Mujeres Librepensadoras en la representación de María Josefa González y Ana Montalvo demandó de modo irrestricto el derecho al sufragio. También hicieron su parte en ese Congreso el Centro Socialista Femenino.

En esta primera etapa se destaca la figura de Julieta Lanteri, médica italiana, precursora del Movimiento Feminista Argentino, fue la primera mujer incorporada al padrón nacional y la primera en votar en la Argentina y en América Latina.

El tratamiento en el Congreso Nacional para lograr el derecho al voto femenino merece un párrafo aparte. Accediendo a las crónicas y a los archivos audiovisuales de ese momento (1947) podemos observar y hacer un paralelismo con otro debate en otro proceso histórico distinto, como lo fue el que se dio por la legalización del aborto en sus dos etapas (2018/2020).

En ambos momentos se ven varones hablando y tomando decisiones sobre nuestros cuerpos y derechos. En ambos debates las miradas conservadoras sobre la vida de las mujeres y cuerpos gestantes, muestran su cara más retrógrada. Se observa al patriarcado «decidiendo» sobre nosotras con los mismos discursos, con las mismas cosmovisiones: «el sexo débil», «las eternas menores de edad» sin posibilidad de acceso y gozo pleno de nuestros derechos.

Sin embargo logramos arrancar estas conquistas al patriarcado. Y esto sucedió porque ambas luchas fueron encabezadas por organizaciones de mujeres y feministas integrantes de distintos partidos políticos e independientes y construidas de manera transversal. Ambas batallas fueron el resultado de muchos años de lucha. Ambos derechos se lograron porque antes desde el feminismo se construyó consenso social.

Finalmente el 11 de noviembre de 1951, va a ser una jornada histórica, más de 3.500.000 mujeres concurren a las urnas para participar de las elecciones presidenciales que consagraron a Perón. En ese año, cuando las mujeres votamos por primera vez, ocupamos más del 30% de los escaños parlamentarios. Se trató de un acontecimiento histórico, ya que ningún país de la región poseía a mediados del siglo pasado esa cantidad de representación femenina.

El avance en los derechos de las mujeres y diversidades se ha dado en nuestro país y en el mundo entero como resultado de la organización y lucha colectiva, como resultado de la permanencia y persistencia de uno de los movimientos internacionales más grandes, antiguos y vigentes de estos tiempos.