El presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, aseguró que el aumento de la tasa de política monetaria del 42,5% al 44,5% fijado esta semana forma parte de una política integral del Gobierno para controlar la inflación y que, en los próximos meses, van a «seguir midiendo la posibilidad de subir la tasa de interés o mantenerla» de acuerdo a cómo evolucionen los precios.
En ese sentido, afirmó que están «preocupados por la suba de precios» pero que las condiciones sociales y de falta de acceso al crédito internacional impiden resolver el problema inflacionario con un shock inmediato, por lo que la única salida «tiene que ser el crecimiento» y una mayor producción, sobre todo de las empresas más grandes.
«Necesitamos que las empresas que producen bienes de consumo masivo respondan a los tirones de la demanda agregada por el resultado de las paritarias y las políticas públicas con más producción y no con aumento de precios», sostuvo Pesce en una entrevista con C5N, en la que remarcó que tres empresas que concentran el 80% de la oferta de mercado y que, aun así, «hay muchos productos que están trabajando al límite de la capacidad instalada».
Al respecto, ponderó la importancia de haber despejado «el precipicio» de US$ 19.000 millones que implicaban los compromisos de pago con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2022 y 2023, así como el acuerdo con los acreedores privados en 2020, ya que, ante un escenario de ese tipo, «no hay quien invierta».
«Creo que removidos esos dos obstáculos, la Argentina hoy tiene un horizonte de crecimiento posible. Especialmente porque las exportaciones que estaban en el orden de los US$ 60.000 millones en los últimos cinco años el año pasado dieron US$ 78.000 millones y este año esperamos más de US$ 80.000 millones», señaló el titular del BCRA.
Y consideró que «no haber acordado y entrar en cesación de pagos hubiera significado que los organismos multilaterales nos dejaran de prestar y, en lugar de tener un superávit de balanza cambiaria con esos organismos de US$ 2.000 millones íbamos a tener un déficit de US$ 2.500 millones».
En lo que va de 2022 el Banco Central aumentó -en tres tramos- de 38% al 44,5% la tasa de interés de la política monetaria, con el objetivo de llevar el rendimiento de los depósitos a un nivel positivo respecto de la inflación, de modo que «la gente se mantenga en pesos, no gaste todo su dinero en bienes o no corra hacia el dólar, sea comprando billetes o haciendo cobertura con importaciones».
«Esperamos que la inflación cambie esta tendencia que ha tenido en los últimos meses y se desacelere. En ese juego es donde vamos a seguir midiendo la posibilidad de subir la tasa de interés o mantenerla», afirmó el funcionario.
Aun así explicó que el Gobierno entiende que el fenómeno inflacionario es multicausal y que, por ello, «cree en la necesidad de acuerdo de precios» ya que «podemos tener las mejores paritarias y hacer la mejor política social pero si no logramos que aquellas empresas que tienen que producir bienes para satisfacer el aumento de la demanda inviertan y aumenten la producción vamos a tener inflación y no crecimiento».
Consultado por la vigencia de las restricciones para la compra de dólares, dijo que se trata de «un problema muy complejo» y que la forma de reabrir la cuenta de capital es, primero, desarrollar el mercado de capitales en la Argentina y dar más opciones de instrumentos de inversión y ahorro en pesos.
De hecho, sostuvo que el volumen de pasivos remunerados que hoy tiene el BCRA en Leliq y Pases -que, aseguró, equivalen a US$ 45.000 millones- «son la expresión de un mercado de capitales y un sistema financiero que no tiene la capacidad para digerir el ahorro de la propia sociedad».
«Necesitamos que el que tiene ahorros tenga opciones de inversión financiera, no sólo en los plazos fijos de los bancos sino también en el mercado de capitales. Las colocaciones en el mercado de capitales vienen creciendo aceleradamente y creo que con una perspectiva de crecimiento económico van a crecer aún más», afirmó Pesce.
Por último, dijo que el BCRA está comprometido con «no atrasar el tipo de cambio» y que si bien el año pasado se ralentizó el ritmo devaluatorio ante el escenario de la segunda ronda de infecciones por la pandemia de Covid-19, este año se volvió a cambiar la estrategia a la planteada a inicios de 2020.
«El tipo de cambio que tenemos que mirar es el real multilateral, donde juega la inflación y la devaluación de nuestros socios comerciales. Creemos que estamos hoy en un tipo de cambio real multilateral apropiado y vamos a tratar de que no se retrase. Mes a mes vamos cambiado el paso devaluatorio intentando cumplir con este objetivo», concluyó el titular del Central.