El presidente Alberto Fernández destacó la marcha por Paz, Pan y Trabajo realizada por la CGT hace 40 años, al evocar que gracias a esa movilización «millones de argentinos salieron a la calle a pedir el fin de la dictadura» cívico militar, y afirmó que el peronismo «protege la industria, la producción y el empleo».
En su calidad de titular del Consejo Nacional del Partido Justicialista (PJ), Fernández encabezó en el Instituto Juan Domingo Perón de la ciudad de Buenos Aires el acto de homenaje a los trabajadores por el 40ª aniversario de aquella movilización.
En su discurso, el jefe de Estado rememoró la marcha motorizada el 30 de marzo de 1982 por el sindicalista Saúl Ubaldini y señaló que, gracias a esa gesta, «millones de argentinos salieron a la calle a pedir el fin de la dictadura».
Fernández recordó que aquel día hubo «3.000 argentinos que terminaron presos» por manifestarse en contra del Gobierno de facto, pero destacó que «ese 30 de marzo de 1982 la dictadura empezó a caerse».
«Estamos conmemorando el coraje de un grupo de sindicalistas que se puso de pie frente al terrorismo de Estado cuando la Argentina estaba aterrada, viendo desaparecer gente todos los días», destacó el mandatario, que estuvo acompañado en el estrado por el histórico referente peronista Lorenzo Pepe, titular del Instituto, y Saúl Ubaldini (h).
Por otro lado, Fernández llamó a «debatir qué país queremos» y afirmó que el peronismo «protege la industria» y «promueve la producción y el empleo», además de «preservar la producción argentina».
«No abrimos alocadamente las importaciones, cuidamos nuestra moneda y preservamos las reservas, eso hacemos cuando gobernamos en cualquier tiempo», subrayó el mandatario.
Señaló que con motivo el próximo sábado de los 40 años del comienzo de la gesta de Malvinas, la BBC de Londres hizo un documental y le pidió una entrevista al Presidente, quien se ofuscó ante una pregunta que planteaba que «los argentinos tienen la democracia gracias a esa guerra».
Fernández respondió que «dos o tres días antes de que ocurriera la toma de Malvinas la Argentina se movilizó porque un grupo de dirigentes sindicales armó una movilización general, en donde 3.000 argentinos presos por salir a la calle, viviendo el fin de la dictadura».
«Yo era empleado judicial y salí con la CGT Brasil, que nos representaba», contó, y refirió que «esa convocatoria CGT Brasil» que conducía Saúl Ubaldini «enfrentó a la dictadura que aplicó terrorismo de Estado».
«Nunca una dictadura había aplicado el terrorismo Estado, y a los seis años de la llegada de dictadura la CGT Brasil hizo comunicado, 24 marzo 1982, en la cual los diarios publicaron que hubo 50.000 argentinos movilizados en la plaza y en el centro», recordó.
Esa CGT Brasil había emitido un comunicado aquel día donde pedía «que se restaure democracia, la concertación social, salarios justos, plena ocupación y vida digna, levantamiento del Estado de sitio, derogación de las leyes represivas, la liberación de los detenidos sindicales y responder por los desaparecidos», reseñó Fernández.
El jefe de Estado también leyó parte de esa carta que expresaba que «no hubo, no hay y no habrá en la faz de la tierra una patria, como sucede a la Argentina, que esté económica y financiera subordinada al centro económico mundial», como la «apertura indiscriminada de importaciones, quiebras, cierres y despidos» e hizo un paralelismo de esa política con la del gobierno del expresidente Mauricio Macri.
En el acto, Fernández le entregó una placa en memoria de Saúl Ubaldini a su hijo del mismo nombre, por la lucha de los trabajadores en aquella jornada, y este le obsequió al Presidente la mítica campera de cuero que utilizaba el legendario sindicalista, que irá al Museo del Bicentenario, anunció el propio mandatario.
De la actividad participaron el cotitular de la CGT Carlos Acuña y el secretario general de Camioneros, Hugo Moyano, además del canciller Santiago Cafiero, el secretario General de la Presidencia Julio Vitobello y el diputado del Frente de Todos y exgobernador de San Juan José Luis Gioja.
También asistieron los jefes sindicales Víctor Santa María (Suterh) y Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), además del exsecretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Antonio Caló.