Por A. Cristina Carreras Lobo, abogada, coordinadora del Área de Igualdad de Genero y Diversidad para Estudiantes de la Facultad de Derecho (UBA) y Diana J. Ledo, abogada feminista del Área de Igualdad de Género y Diversidad para Estudiantes de la Facultad de Derecho (UBA).
Desde 1987, gracias a la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos, cada 28 de mayo se conmemora el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, el cual reafirma el derecho a la salud como un Derecho Humano que debe ser garantizado de manera amplia y, a su vez, como un recordatorio acerca de las múltiples causas de enfermedad y muerte que afectan tanto a las mujeres como a las personas con capacidad de gestar.
En ese sentido, cuando hablamos acerca de la salud de las mujeres y personas gestantes, debemos hacerlo de manera integral. Para ello hay que tener en consideración tanto lo físico, lo psíquico, como lo emocional, ampliando el concepto de bienestar general, el cual, a su vez, es afectado por factores sociales y económicos, y no solamente biológicos.
Si bien en los últimos años se ha avanzado en materia legislativa con el dictado de diferentes normas, ejemplo de ellos son Si bien en los últimos años, en materia legislativa, se ha avanzado con el dictado de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva (Ley 25.673); Ley de Protección Integral a las Mujeres (Ley 26.485), Ley de Reproducción Medicamente Asistida (Ley 26.862); Régimen para las Intervenciones de Contracepción Quirúrgica, Ligadura de Trompas y Vasectomía (Ley 26.130); Lactancia Materna. Promoción y Concientización Pública (Ley 26.873); Parto Humanizado (Ley 25.929); Ley de Educación Sexual Integral (Ley 26.150); Ley de Identidad de Género (Ley 26.743); Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (Ley 27.610) y, Ley Nacional de Atención y Cuidado Integral de la Salud Durante el Embarazo y la Primera Infancia (Ley 27.611) entre otras. Lo cierto es que, al momento de la implementación de estas normas, la realidad suele imponerse y deja al descubierto las carencias existentes al momento de su ejecución, encontrándonos con impedimentos burocráticos, ideológicos y políticos, cuya consecuencia inmediata es la limitación al pleno goce del derecho adquirido y conquistado por todes.
Por eso, y en el entendimiento de que el cuidado de la salud es una cuestión transversal que involucra a distintos sectores y que requiere de acciones conjuntas, la Facultad de Derecho, a través del Área de Igualdad de Género y Diversidad para Estudiantes, en conjunto con el Programa de Género y Derecho y las distintas Secretarías de dicha casa de estudios, en el año 2019, creamos el primer espacio de lactancia dentro de nuestra unidad académica, convirtiéndonos en pioneros dentro de la UBA.
El espacio de lactancia es de uso exclusivo para Estudiantes, Docentes y Nodocentes, especialmente acondicionado, digno e higiénico, que garantiza el ejercicio del derecho a la lactancia, y asegura a quienes deseen o deban sostener la lactancia, que lo hagan en un ámbito propicio para lograr una adecuada y saludable reinserción al ámbito laboral o estudiantil contemplando el desarrollo profesional junto a las necesidades de sus hijes.
Creemos que estas políticas de género inclusivas y transformadoras de la realidad, dirigidas hacia las mujeres y personas gestantes, son necesarias para promover, proteger y sensibilizar respecto del derecho a la lactancia y sus diversas instancias, como también, sobre los roles y estereotipos de cuidado impuestos a la mujer; estas acciones generan una real inclusión y modifican el día a día de quienes transitan esta Facultad, descartando la posibilidad de abandonar el trabajo o la carrera universitaria, disminuyendo el porcentaje de ausentismo y de estrés por motivos de enfermedad de sus hijes, permitiendo el aumento del rendimiento y productividad y, de ese modo, seguir construyendo una comunidad educativa más inclusiva, de iguales y libre de todo tipo de violencia.