Por Ángel Pizzorno
No fue casual la elección del día y el lugar. Se cumplía un nuevo aniversario de nuestra Independencia Política declarada el 9 de julio de 1816 en la ciudad de Tucumán.
En poco más de un año, el gobierno justicialista sentó las bases de un desarrollo autónomo inédito. Como puede verificarse en los Planes Quinquenales, se trataba de la refundación de la Nación.
Consciente de que no puede haber Justicia Social sin Independencia Económica, nuestro Conductor junto a Evita, se abocó a esa tarea titánica. Nacionalización de los servicios públicos, revolucionarias medidas previsionales y laborales, ampliación de la Flota Mercante, control del comercio exterior, fuerte impulso a la ciencia y la tecnología, independencia del recién fundado FMI y otras decisiones indispensables para que la Nueva Argentina, alcanzara el desarrollo para el bienestar de nuestro pueblo y la soberanía plena
de la Patria.
Entre otras consideraciones, precediendo el Acta de Independencia Económica y su Preámbulo, se afirma que Tucumán debía ser la Meca de nuestra Independencia para que “… ningún argentino por miserable que se sienta, podrá exponer jamás la bendición de su soberanía y de su independencia ante ningún poder de la tierra”.
No fue una expresión de deseos, las realizaciones de aquel Proyecto Nacional interrumpido
por la fuerza en 1955, son un testimonio imborrable.
¡FELIZ DÍA DE LA PATRIA!