El mandatario comunal -Andrés Watson- formalizó el comienzo de una iniciativa para renovar diferentes espacios verdes del distrito mediante la plantación de múltiples especies arbóreas ayer en la plaza del barrio El Parque.

“La transformación de estos lugares importantes en la comunidad fue el resultado de una planificación estratégica con una misión: brindar ámbitos recreativos seguros a los y las varelenses para su utilización con todos los recaudos imprescindibles en un contexto de pandemia”, describió el Intendente.

La tarea consistió en distribuir ejemplares de fresnos y zen del campo en distintos sectores del predio delimitado por las calles Baldomero Fernández Moreno, Cecilia Grierson, 1250 más 1252: un sitio emblemático debido a su proximidad con el Registro Civil de Ingeniero Allan o al Club “América”.

Además, colocaron un Tarumá -árbol representativo de Florencio Varela- en una acción para reforzar el sentido de pertenencia y prolongar la conmemoración por los 130 años desde la fundación del distrito.

En simultáneo, las cuadrillas municipales repararon y pintaron tanto los juegos infantiles como los bancos. Por último, solucionaron desperfectos en el parque lumínico para mantenerlo en óptimas condiciones.

La máxima autoridad distrital consideró “fundamental escuchar a los vecinos y las vecinas, conocer sus inquietudes, ordenarlas para determinar prioridades e intensificar la labor cotidiana mediante intervenciones eficientes en búsqueda de mejorar la calidad de vida a toda la ciudadanía”.

“Vivimos una jornada de alegría porque representó la puesta en valor de un área trascendental no solo por sus dimensiones sino por el significado para los y las habitantes de la zona”, detalló el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, Ricardo de la Fuente. 

El funcionario explicó que “ingenieros agrónomos diseñaron la localización de veinte árboles, sembrados tanto en la Unidad de Producción Forestal Municipal como en el Vivero Municipal, para confeccionar un nuevo paisaje con sombra y oxigenación”.

“Este lugar necesitaba una mejoría. La transformación fue gradual e impresionante. Trajo más seguridad y generó un espacio cercano muy confortable donde venir a jugar o a compartir un momento agradable”, reveló María Gómez, una vecina radicada en la localidad desde 2013.