El oficialismo busca avanzar en el Congreso Nacional, antes de las elecciones de octubre, con un proyecto de consenso para reducir la jornada laboral que contemple textos presentados por legisladores de varios bloques, entre ellos del socialismo, que podrían confluir en una iniciativa para llevar de 48 a 40 o 36 horas la jornada de trabajo semanal, con lo que se busca mejorar la productividad de las empresas y generar más empleo.
«Apoyo la posibilidad de que se emita un despacho de consenso para que pueda aprobarse efectivamente esta iniciativa, que está alcanzando importantes niveles de acuerdo. Espero que se concrete un dictamen que pueda tener sanción legislativa», afirmó la ministra Olmos.
Sin embargo, el oficialismo buscará avanzar en acuerdos en las próximas semanas con bloques aliados y las bancadas del interior, para acercar posiciones con esos legisladores, ante el planteo opositor que ya adelantó que no está de acuerdo con la reducción de la jornada laboral, aunque no descarta la idea de discutir una reforma integral.
En el Senado están para ser discutidas una serie de iniciativas del oficialista porteño Mariano Recalde, quien presentó varios proyectos vinculados con el régimen laboral argentino, entre los que se destaca uno que impulsa una reducción de la jornada de trabajo de 48 a 36 horas semanales con el objetivo de promover la semana de cuatro días.
En ese sentido, la propuesta busca reducir todos los máximos legales: régimen diurno, nocturno, trabajo insalubre y regímenes especiales.
Según Recalde, esta reducción «permitirá mejorar la distribución del trabajo existente y crear empleo, incrementar la productividad, mejorar la calidad de vida, disminuir los accidentes, reducir los costos empresarios, el impacto ecológico y sanitario».
De hecho, el trabajo de Comisiones en la Cámara alta estuvo frenado en 2023. Especialmente, luego de que el oficialismo perdiera a cuatro senadores en detrimento del bloque Federal que contiene a peronistas no kirchneristas y está encabezado por la cordobesa Alejandra María Vigo.
La conformación de la Comisión de Trabajo se vería alterada por la presencia de este nuevo bloque de cinco y por la exigencia del interbloque de Juntos por el Cambio de obtener más lugares desde que esa bancada se convirtió en la nueva primera minoría de la Cámara alta.
En Diputados, en tanto, se encuentra el proyecto impulsado por el diputado nacional por el FdT y secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, que debería ser debatido en la comisión de Legislación del Trabajo de Diputados, que preside la oficialista Vanesa Siley, junto a otras iniciativas vinculadas a la jornada de trabajo, aunque aún no hay fecha de convocatoria.
También, en la cámara baja, hay otro proyecto de la diputada y dirigente de la Asociación Bancaria, Claudia Ormaechea, que plantea una reducción a 36 horas; y otras iniciativas en ese sentido, impulsadas por un lado por el diputado del FdT, Eduardo Valdés y un texto de Sergio Palazzo, por otro, así como otra propuesta del socialismo impulsada por Mónica Fein y de Enrique Estévez.
La intención del oficialismo es convocar para el debate a empresarios para «terminar con el prejuicio de muchos de ellos que escuchan hablar de reducción de jornada laboral y lo rechazan a libros cerrados, sin atender razones que incluso desde el punto de vista empresario, también los beneficia», explicó Yasky.
Desde el bloque Evolución Radical, Alejandro Cacace, no descartó la posibilidad de discutir una reforma laboral integral, al considerar que «hay estudios que indican que la reducción de la jornada laboral puede bajar el desempleo pero debemos discutirlo de manera más integral con la mejora en la productividad y un análisis completo del mercado de trabajo».
En tanto, Miriam Bregman, por el Frente de Izquierda -desde donde también se presentaron proyectos en este sentido- señaló: «Nuestro planteo es la reducción de la jornada laboral y el reparto de las horas de trabajo para que esa horas que quedan vacantes sean nuevos puestos de trabajo genuinos, con derechos para los trabajadores y trabajadoras en un país donde constantemente se discuten planes sociales, hay que discutir trabajo genuino».
Si bien el ejemplo más cercano es el de Chile, que recientemente redujo la jornada laboral a 40 horas, diferentes países de Europa, entre ellos España y Suecia, llevaron adelante una disminución de la jornada de trabajo, incorporando la jornada laboral de 6 horas diarias, tanto en instituciones públicas y privadas de servicios, como geriátricos, con interesantes resultados.
Por Silvina Angiono y Diego Guglielmone para Télam