En esta época del año, es indispensable extremar las medidas de seguridad respecto a los métodos de calefacción empleados en los hogares y reducir de este modo, cualquier posibilidad de accidente o intoxicación por monóxido de carbono.
Es importante adoptar medidas preventivas, como revisar artefactos calefactores o estufas a gas, verificando su normal funcionamiento con un técnico idóneo. Asimismo, se recuerda evitar mantener encendidos hornos y hornallas para calefaccionar, controlar las salidas de gas y ventilar los ambientes.
¿Cuáles son los síntomas de la intoxicación?
Dolor de cabeza.
Náuseas o vómitos.
Mareos, acompañados de cansancio.
Letargo o confusión.
Desmayo o pérdida de conocimiento.
Alteraciones visuales.
Convulsiones.
Estado de coma.
Ante los primeros síntomas, es necesario ventilar el ambiente y recurrir a un centro de salud, hospital o un servicio de emergencias médicas.
Es fundamental:
Dejar una ventilación permanente en cada ambiente. Además de ventilar toda la casa una vez por día, es fundamental mantener siempre abierta una ventana o puerta en los ambientes calefaccionados aunque haga frío.
Observar que la llama de gas sea siempre de color azul (la llama amarilla es signo de mala combustión y generación de monóxido).
Si se usa brasero o estufa a querosén, apagarlos afuera de la casa antes de irse a dormir, siempre.
No instalar calefones en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados.
En baños, dormitorios y ambientes cerrados, solamente instalar artefactos con salida al exterior (de tiro balanceado).
Controlar anualmente las instalaciones y el buen funcionamiento de los artefactos de la casa. Se recomienda hacerlas revisar por parte de personal autorizado.