La Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires (Aiepba) y la Junta Nacional de Enseñanza Privada (Junep), se mostraron «conformes» con el anuncio del regreso a las clases presenciales en el conurbano bonaerense.
Al mismo tiempo pidieron que «ocurra lo mismo en los 74 distritos del interior provincial que aún permanecen en fase 2 y en todas las provincias argentinas que no tienen presencialidad».
«Si bien la medida se toma sobre la base de mejoras de los indicadores sanitarios, la cobertura de la vacunación para una cantidad muy importante de docentes y no docentes, también la decisión se dio en un marco de fuerte demanda social, una sociedad que cada vez con mayor fuerza toma conciencia de la importancia de la presencialidad escolar para los chicos y las familias, la educación como organizadora de presente y futuro», dijeron las entidades en un comunicado conjunto.
«También tenemos que tener en cuenta que esta apertura es parcial y de ninguna manera es el fin de las restricciones, pero marca una previsibilidad, un camino de regularización, de volver a las rutinas luego de un 2020 con 160 días sin clases presenciales y un 2021 con ocho semanas de igual forma, donde Aiepba/Junep desde el primer momento han reclamado el retorno a las clases presenciales», añadieron.
En ese marco, volvieron a mencionar la situación de las escuelas privadas, en especial los jardines de infantes y maternales, que «sigue siendo muy complicada y por lo tanto es algo que no se debe olvidar».
«Asimismo, continúan los desafíos previos al regreso a la virtualidad, donde reclamábamos que no se limite a 4 horas la carga horaria de las actividades escolares para aquellas escuelas que puedan ofrecer más disponibilidad horaria. También el pedido es por las aperturas del nivel superior, de las escuelas técnicas, agrarias, de formación profesional», dijo Martín Zurita, secretario ejecutivo de Aiepba.
También pidieron a «toda la comunidad educativa y la sociedad en general que sigamos acompañando las medidas de cuidado, como lo hacemos en las escuelas con la aplicación de estrictos protocolos que han funcionado, porque así lo demuestran todas las estadísticas y estudios realizados».
«Creemos que es momento de no postergar el debate de fondo que es la mirada a largo plazo, una política de estado que nos permita discutir cómo vamos a reconstruir los procesos pedagógicos y las rutinas escolares», dijeron.